viernes, 20 de septiembre de 2013

Cap. 1 Mi vida "Normal"

"Tu vida solo es aburrida si tu lo piensas así, para hacerla diferente solo sal de la rutina"


Me levante en la mañana, ya eran como las 5:00 am, la reunión del día anterior no fue algo tan importante, asuntos nuevos, alguno que otros avisos sobre personas que se buscan, lo normal...
Ya estaba acostumbrado a esa vida después de todo, al levantarme me dirigí al balcón que tenia mi cuarto, hacia mucho frío, el cielo seguí oscuro pero era perfecto salir a esas horas, regrese y me empece a preparar para salir.

 Todavía recuerdo el día en que mi vida cambio, yo seguía mi camino a casa después de un duro día en el colegio, mi cuerpo ardía, en especial mis manos, llevaba así desde hacia algunas semanas pero trataba de no darle tanta importancia, las calles estaban vacías, eran como las 10:45 pm, me faltaban como 4 cuadras para poder llegar a mi casa, todo estaba demasiado silencioso, después recuerdo que empezó a llover así que apure mi paso, creí oír pisadas detrás de mi pero las ignore, al doblar por la esquina de la cuadra vi un destello verde por el callejón (hay veces que desearía dejar de ser tan curioso, pero es como mi forma de ser, mi naturaleza, así que se podrán imaginar que lo ignore y me fui de alli... no, es mentira, obviamente que fui a investigar que fue eso, me escondí detrás de unas cajas y botes de basura que habían por allí).

-Dámelo de una vez si no quieres que desintegre hasta lo mas mínimo de tu ser- decía una sombra rara y algo amorfa en un tono espeluznante, tenia como 2 metros de altura y estaba amenazando a un señor que estaba vestido con un saco azul, el señor se veía asustado y llevaba gafas negras- ¿y bien?, dámelo de una vez para tener que irme de este sucio lugar.

-Vale, pero acuérdate del trato, y dile al señor Bonnen que me envié el resto del pago o no seguiré trabajando para el- el señor de saco azul le entrego a la figura amorfa un maletín pequeño de cuero negro, en ese momento no veía muy bien, así que como un idiota me adelante a las cajas y me afinque en una que estaba mal colocada, aparte de que estaba lloviendo, y se cayo haciendo un gran ruido, las 2 figuras se voltearon hacia mi.

-¿que rayos, un sucio humano?-la figura de 2 metros amorfa se giro de una manera retorcida y rara-bueno, supongo que hoy habrá algo de diversión.

-No no puedes atacar a los humanos, se darán cuenta...- Decía el hombre del saco azul, la figura amorfa no le hizo caso y lo aparto, luego de eso dio un gran salto como si fuera una especie de puma negro o algo por el estilo, me cayo encima y hubo un trueno que ilumino su rostro, era aterrador, tenia unos dientes que sobresalían de su boca como afilados cuchillos,   y le sobresalían objetos de metal y bronce de su lomo hasta la cabeza, sus ojos eran amarillos y tenia como¿ 3 pupilas? , entre en estado de terror, esa cosa abrió sus fauces como si fuera a arrancarme la cabeza de un bocado, de repente mis manos ardían como si tuvieran fuego, me aferre de lo que parecían ser sus brazos con uñas de metal, de repente empezó a oler a oxido y la criatura se aparto gimiendo de dolor.

-Tu quemaste mis brazos-decía la criatura algo sorprendido y enojado(mas lo segundo que lo primero)- ahora si te matare.

La criatura se iba a balancear de nuevo hacia mi pero un rayo rojo le dio, parecía que se electrocutaba y luego se desplomo en el piso, detrás de el apareció el hombre de saco azul con un arma muy peculiar.


-te salvaste por poco muchachito- el hombre se acerco a mi- por tu culpa casi arruinas la operación  pero eres especial.

-apártese de mi- fue lo único que pude responder.

- ja, no me hagas reír  levántate y quita esa cara- de repente empezaron a llegar otras personas en unos carros negros, parecía un escuadrón, las demás personas se encargaron de la criatura y una señora(muy elegante a decir verdad, cabello corto y castaño oscuro, ojos grises y tez pálida  con un abrigo negro y botas de cuero negro con un cinturón con cosas raras en plateado)

-¿que tenemos aquí Steven?-decía la señora.

- Hola Dra. K, al parecer un humano- al ver la expresión de la Dr. K, "Steve" se apresuro a decir- es especial, tiene poderes, le derritió los brazos a ese Pratetum de un golpe, hay que llevarlo a la agencia.

- ¿otro?, pero creí que... ya estaban todos-la señora se acerco a mi y me examino, yo estaba enbobado, la Dra. K era linda, pero también me preocupaba la mirada de "Steve"- hola, no te preocupes, te llevaremos a que te curen esa herida.

No me había fijado que tenia una herida profunda en mi hombro, al parecer la criatura me hirio cuando salto encima de mi...

Me termine de poner los zapatos y agarre mi bolso azul marino, salí a la calle, ya no me preocupaba tanto que yo estuviera solo, camine unas cuadras hasta el parque , no había nadie, pase por los bancos de la fuente y busque un lugar en donde si por casualidad alguien pasara por allí no me viera, después de pasar unos cuantos arboles llegue a un lugar medio amplio entre los arboles grises, no había mucha luz, pero mi vista era genial así que no tenia problemas con eso, tire el bolso azul hacia un lado y puse mis manos al lado de mi cuerpo, estas empezaron a arder, casi alumbraban en Amarillo, me empece a entrenar, hoy tal vez haría algunos ejercicios de brazo y mejoraría mi puntería con el pino que siempre uso como blanco para derribar las pequeñas piñas que tenia en la copa, mientras hacia mi rutina habitual, los recuerdo volvieron a mi.

La Dra. K me había explicado donde estaba, mientras ella me curaba la herida(un proceso algo doloroso que espero no volver a sentir, pero no importa, ella me hizo sentir mejor diciéndome que si dejaba la herida normal probablemente me quedaría sin brazo o moriría si se infectaba con el veneno de la criatura, si... creo que el dolor no podía ser peor que las opciones anteriores).
-Eres uno de los especiales, son seres humanos con habilidades sobrenaturales, no sabemos muy bien como las obtienen pero hay un escuadrón que son iguales a ti, creíamos que ya habíamos reclutado a todos, pero al parecer nos equivocamos-dijo la Dra. K, el resto es una historia que me dijo que eran una base secreta que se encargaban de proteger a los humanos de criaturas que convivian con nosotros pero que no lo sabíamos, no me revelo mucho, pero luego de ese incidente, la agencia O.P.T me contrato.

El reloj marcaba mis pulsaciones, habia perdido la cuenta de cuantos golpes llevaba el arbol con el que estaba entrenando, asi que cambie de ejercicio.

Recordé el día en que conocí a Michael...
Steve se había vuelto como un tutor que me entrenaba, por cierto, nunca se quitaba sus lentes, después lo detalle un poco mejor que la noche en que me salvo la vida, era un señor alto, parecía que tenia treinta y algo de años, su cabello era de color castaño pálido y parecía ese tipo de personas algo sarcásticas y bromeadoras que a la vez exige mucho y toma muy en serio su trabajo.

-Logan, este es Michael, es tu nuevo compañero-dijo Steve entrando con el chico alto de tez bronceada con el cabello marrón y ojos negros- desde ahora trabajaran juntos, yo los entrenare.

La primera impresión que me dio Michael fue que era un chico que solo bromeaba, y en cierto modo no me equivoque, pero el tiempo nos hizo amigos, al descubrir que eramos tan iguales como diferentes, Michael es mas bromista y sociable, también le encanta salir a fiestas y en especial con chicas, yo soy el lado del equipo que mantiene las cosas serias y relajadas,aunque alguna que otra vez me iba con el para las fiestas(para asegurarme de que no se metiera en problemas) de cierto modo nos complementábamos y nos habíamos vuelto muy amigos.

Los rayos del sol aparecieron y supe que ya eran como las 7:00 am, tenia que volver, recordar como había empezado todo era una manera de tener presente que mi vida si había cambiado, y mucho, pero a decir verdad no me podía quejar, era emocionante ser parte de algo importante(que no fuera un grupo para hacer un proyecto en clases claro esta).

Recogí mi Bolso azul del piso y antes de irme mire la rama del pino que siempre intentaba tumbar, apunte con mi mano y la roce con mi tiro, sin problemas, sonreí y me di la vuelta para irme de allí.
Mi vida había cambiado, pero era demasiado genial y no me arrepentía de nada.